El presidente Evo Morales pidió el domingo lucha y unidad a las mujeres campesinas bolivianas, cuya líder, Leonilda Zurita, demandó erradicar el machismo de la lógica sindical en Bolivia.
“Las mujeres deben ser símbolo de unidad y no de división (..) Las mujeres son honestas y menos corruptibles”, afirmó el mandatario durante un acto de entrega de una sede para la Confederación Sindical de Mujeres Campesinas, Indígenas Originarias Bartolina Sisa, en La Paz, que el domingo celebró el aniversario 30 de su fundación.
Zurita, que puso en relieve los nuevos tiempos de inserción política y social que toca vivir a la mujer indígena, campesina originaria, pidió a las organizaciones de campesinos un voto de confianza y empatía.
“Queremos ser, pero no hay confianza de los hermanos, todavía hay machismo”, deploró, también en un encendido discurso en que llamó a sus compañeras a ejercer plenamente los derechos consagrados en la Constitución vigente.
En la misma línea del Presidente, Zurita demandó a las ‘bartolinas’, como se conoce popularmente a las mujeres rurales de los Andes de Bolivia organizadas en una poderosa confederación sindical, unidad.
“·Es lo importante, unidas venceremos y defenderemos”, dijo.
Morales destacó el valor a toda prueba de la mujer andina y se remontó, para personificarlo, hasta finales del siglo XVIII cuando Bartolina Sisa, esposa de Tupac Katari, líder de un movimiento rebelde contra Madrid, se quedó a cargo de un ejército de indios aymaras mientras las fuerzas reales españolas ahogaban en sangre la insurrección en La Paz.
Sisa “era una gran guerrillera, una gran libertadora”, afirmó al destacar que durante la resistencia de 1781 la mujer comandó “a 100 000 aymaras en La Paz”
Por lo tanto el mandatario instó a los cuadros de la Confederación Sindical Bartolina Sisa a buscar sobre cualquier diferencia el consenso.
“No quiero peleas, quiero debates, unidad, gestando más líderes” entre las mujeres campesinas, dijo en tono de regañina.
La nota emotiva la puso la otrora dirigente minera Domitila Chungara, célebre por galvanizar la huelga de hambre de “amas de casa” del centro minero de Siglo XX que precipitó el derrocamiento del dictador militar Hugo Banzer (1971-78).
“El pueblo tiene que definirse, tenemos que vencer el miedo”, afirmó la mujer que frisa ya los 70 años de edad y cuya lucha se considera pionera en la última restauración de democracia boliviana.
Chungara destacó el liderazgo de Morales en el marco del proceso de cambio que impulsa en Bolivia que comparó, salvados tiempos y espacios, con la recuperación de derechos que entrañó la revolución popular de 1952.
“No teníamos esta cabeza. (Víctor) Paz Estenssoro y (Hernán) Siles Suazo se lo han entregado todo al imperialismo. He estado muy feliz cuando has expulsado al embajador norteamericano” Philip Golberg, a fines de 2008”, afirmó dirigiéndose al gobernante.
Chungara urgió a las mujeres campesinas “estudio y formación política”.
Por su lado la senadora electa Ana María Romero, presente en el acto, destacó “el trabajo que han hecho las mujeres para defender sus derechos”.
Líderes de la talla histórica de Chungara “no tienen parangón con estas gigantes mujeres que se han expuesto y que han sido reprimidas por la dictadura”, exaltó.
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