“Se debe encarar acciones participativas, previsoras, interinstitucionales y nítidamente decididas en materia de inversión”, dijo Edwin Alvarado de Lidema.
Edwin Alvarado Terrazas, coordinador nacional de comunicación de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) dijo a EL DIARIO que la vulnerabilidad al cambio climático y el crecimiento poblacional deben considerarse para encarar la planificación y acciones intersectoriales que garanticen acceso al agua.
“La Paz debe depender cada vez menos de las lluvias, pues el cambio climático modificará sus períodos, frecuencias, cantidades e intensidades, haciendo incierta la capacidad de aprovisionamiento por esta vía”, aseguró.
Explicó que se debe encarar procesos de planificación y acción participativa, previsora, interinstitucional y nítidamente decidida en términos de inversión para garantizar el acceso al agua para uso y consumo, aclaró que no se puede abordar el tema de modo sectorial.
ACCESO AL AGUA
Advirtió que la acción aislada de los actores relacionados acarrearía no solamente ineficiencia en la gestión de recursos hídricos y expondría a la población a una potencial crisis de acceso al agua, sino que el descontento y preocupación subsecuentes podrían desembocar en una crisis socio ambiental que es mejor evitar.
Consultado respecto a los actores que debieran intervenir en la gestión de los recursos hídricos, señaló al “Ministerio de Medio Ambiente y Agua MMAyA, las prefecturas, los gobiernos municipales, las organizaciones no gubernamentales, las empresas prestadoras de servicios - Epsas y las organizaciones sociales en su rol de control social”, todos trabajando de manera coordinada y cada uno en sus propios roles, en el marco de políticas públicas que regulen el tema.
LA SITUACIÓN
El 2009 se avizoraba una crisis de aguas superficiales, por el retroceso de glaciares, la pérdida del 50% de las aguas potabilizadas en fugas y filtraciones de las matrices, el desperdicio y contaminación por diferentes sectores, por la drástica disminución del nivel de embalse de aguas de las represas que abastecen a La Paz y El Alto y por el anuncio del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de que no se registrarían lluvias hasta fines de 2009.
“Pese a desconocerse con anticipación que después de 2009 la demanda de agua por crecimiento poblacional, sería mayor que la curva de disponibilidad u oferta del líquido elemento, no se habría considerado la vulnerabilidad al cambio climático ni el ritmo de crecimiento poblacional en la planificación para la gestión de recursos hídricos” acotó.
Los medios de comunicación constataron, en 2009, que en dos distritos alteños se llegó a comprar el balde de 10 litros de agua en 10 Bolivianos, lo que llevó a que el MMAyA y la Prefectura Paceña anunciar planes de inversión en la construcción de nuevas represas para almacenamiento de agua.
DESAFÍOS URBANOS
“Los retos urbanos deben encararse de manera conjunta para resolver el tema de las fugas, filtraciones, contaminación y desperdicio del líquido elemento, además de garantizar inversión inmediata, significativa y sostenida para diversificar sistemas de acumulación y aprovisionamiento, sin descuidar los esfuerzos en educación ambiental, que no descargue todo el problema imponiendo sacrificios y restricciones solamente en los hombros de los ciudadanos”, puntualizó Alvarado.
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