La Fundación Tierra reconoce avances en la reforma agraria, pero dice que “fracasó” el intento de eliminar el latifundio.
El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) plantea eliminar el latifundio hasta el 2015. En la gestión del actual Gobierno (2006−2009) se intervinieron 10 millones de hectáreas de tierras, de las cuales cuatro millones ya fueron redistribuidas, informó ayer su director, Juan Carlos Rojas.
Durante el Primer Encuentro Internacional sobre la Revolución Agraria en Bolivia, realizado en el hall de la Vicepresidencia, la autoridad señaló que entre los desafíos pendientes están la reducción del minifundio existente en el país y la eliminación definitiva del latifundio.
También dijo que otro reto importante de la institución es concluir el proceso de saneamiento a escala nacional hasta el año 2013, en cumplimiento de la normativa vigente, además de cubrir las demandas de los diferentes sectores.
Para el futuro, los desafíos estratégicos están orientados a que “la nueva distribución de la tierra sea equitativa y que las familias vivan con dignidad”, señaló.
En ese marco, dijo que el proceso de saneamiento permitió, entre otras cosas, afectar algunas tierras en Alto Parapetí, en la región del chaco, que además presentaban relaciones de servidumbre entre terratenientes y sus trabajadores. También reafirmó la necesidad de encarar esta problemática social desde el Estado a través de los mecanismos pertinentes.
El director del INRA aseguró que se avanzó en el saneamiento de tierras, prueba de ello es que el país cuenta con 40 millones de hectáreas saneadas y tituladas desde 1996, de las cuales 31 millones de hectáreas fueron concretadas desde 2006.
Paralelamente se identificaron 13 millones de hectáreas de tierras fiscales, de las cuales tres millones están disponibles.
Producto del proceso de saneamiento, dijo Rojas, es la transferencia de la tierra que estaba en manos de medianos y grandes empresarios a campesinos e indígenas.
Como ejemplo de las actividades realizadas mencionó que en un área de 10 millones de hectáreas que se intervinieron, casi cuatro millones se redistribuyeron a favor de las comunidades. La inversión en el proceso de saneamiento y titulación llega a más de 116 millones de dólares, en tanto que los beneficiarios del proceso de saneamiento llegan a 175.000 y los títulos emitidos a 105.000. La ejecución presupuestaria alcanza al 56%.
Tierra ve avance y fracaso
El director ejecutivo de la Fundación Tierra, Miguel Urioste, reconoció que en los últimos cuatro años hubo avances en la reforma agraria del país, pero aseguró que el Gobierno fracasó en su intento por eliminar el latifundio y en el programa de asentamientos.
Destacó la distribución de tierras fiscales, principalmente a favor de los territorios indígenas, pueblos amazónicos y orientales, así como la redistribución de tierras a comunidades, que antes estaban en manos de latifundistas.
Señaló que la Constitución Política del Estado pudo haber sido retroactiva pero no lo es, por lo que el Gobierno debe ser ingenioso para recuperar los latifundios que llegan incluso a más de 50.000 hectáreas de tierras. “Hay un solo camino, exigir la verificación del cumplimiento de la función económico social”, dijo. En ese marco recomendó que el INRA verifique en el terreno y saque fotografías satelitales para demostrar que ciertas tierras son ociosas y no se las trabaja.
Según el experto, pocos asentamientos humanos en la gestión del presidente Evo Morales tuvieron éxito, pues la gran mayoría “se han hecho más bien por motivaciones políticas antes que por desarrollo y eliminación de la pobreza”.
Para Urioste, estos asentamientos no se hicieron con una visión estratégica de sostenibilidad en el tiempo y no involucró a grandes contingentes poblacionales. La titulación al colectivo tampoco fue atractiva para los migrantes, dijo.
Por ello sugirió la necesidad de crear otra entidad estatal que administre los asentamientos de manera planificada.
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