El dirigente juvenil Yamil Pilco, uno de los imputados por el supuesto delito de vejámenes contra campesinos chuquisaqueños el 24 de mayo de 2008, se declaró víctima de una ‘persecución política’ y acusó al Ministerio Público de intentar chantajearlo para implicar a otras personas denunciadas.
Pilco debía comparecer ayer ante un juzgado de la capital, pero la audiencia fue diferida hasta el 1 de diciembre ante la falta de un traductor, puesto que uno de los testigos propuestos por la Fiscalía solamente hablaba quechua. El imputado manifestó que la Fiscalía insiste en pedir su detención preventiva, pero sostuvo que esa instancia demuestra lentitud en otras investigaciones en las que están involucradas autoridades de Gobierno, como el viceministro Sacha Llorenti. Pilco está acusado por los delitos de instigación a delinquir y allanamiento de domicilio, al ser supuestamente reconocido por un vecino de la zona de El Abra que fue víctima de destrozos en su domicilio.
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