3.3.10

DDHH en la Policía - Sacha se juega por la Policía

Después de 14 días de haber asumido el cargo de ministro de Gobierno, Sacha Llorenti Solís recibió a La Razón en su despacho para hablar sobre sus planes. El ex presidente de la Asamblea de Derechos Humanos confesó que su objetivo no es hacer otro cambio de maquillaje, sino “revolucionar” el sistema policial. Como un primer paso para ello, anunció un cambio de doctrina en la Policía, donde su objetivo es formar cadetes comprometidos con la defensa de los derechos humanos.
¿Cómo afrontará la Policía su nuevo rol dentro del proyecto socialista del Gobierno?
En la Policía Nacional, dentro del nuevo Estado que está naciendo, los policías van a ser los primeros defensores de los derechos humanos, porque es justamente desde el ejercicio del poder público desde donde se debe garantizar el respeto y la dignidad de las personas. En términos institucionales, la Policía será una institución confiable, una institución transparente, una institución moderna, respetada y respetable, ése es el propósito. No estamos aquí para administrar estos edificios, no estamos aquí para hacer correr trámites, estamos aquí para revolucionar, yo creo que existe en la mayoría de nuestros policías esa convicción, de la necesidad imperiosa de una revolución institucional.
Es difícil imaginar a los policías como los mejores defensores de los derechos humanos. ¿Cómo se logrará ese objetivo?
Con varios ejes, primero está el cambio de doctrina. No puede mantenerse la lógica del enemigo interno de la Policía Nacional, otra muy importante es acabar con la discriminación interna dentro de la Policía, que se da en términos raciales. También un paso fundamental es la lucha contra la corrupción, la modernización de la Policía, el tema del equipamiento, que los policías tengan mejores condiciones sociales, que el Policía sea el funcionario de prestigio y que lleguemos al momento de que no sólo el policía sea incorruptible, sino que ningún ciudadano se atreva a tratar de corromper al policía; ese día no creo que esté lejano, es el día en que los bolivianos podremos haber dicho misión cumplida.
Cuando se anuncia un cambio de doctrina en la Policía ¿qué mecanismos se tratará de utilizar para lograr ese objetivo?
No quiero adelantarme, son cosas generales en que estamos trabajando con la Policía. Con el nuevo comandante de la Policía Nacional y con los jefes y oficiales existen coincidencias muy importantes; la Policía es una institución esencial del Estado y por tanto este proceso de transformaciones nacerá desde dentro, pero sí, hay que cambiar muchas cosas, pero creo que están dadas las condiciones para hacer el cambio.
Dentro de esta reforma, ¿qué cambios más se producirán en la Policía Boliviana?
En la reforma profunda no podemos dar un simple maquillaje, no se trata de cambiar la denominación de las instituciones porque eso no significa todo. Hay que verdaderamente revolucionar y eso requiere de seriedad, de un trabajo minucioso y del compromiso de nuestra Policía. Las iniciativas más importantes van a surgir de la Policía. Guardo la mayor de las confianzas de que a corto plazo los bolivianos van a sentir esta transformación; no estamos pidiendo algo imposible, la mayoría de los policías está con decisión de aportar con este proceso de transformación.
¿A qué se refiere con un simple cambio de maquillaje?
Por ejemplo, cambiar el nombre de la Policía Técnica Judicial (PTJ) y que se convierta en Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) eso es lo mismo. ¿Qué ha cambiado entre la PTJ y la FELCC? Nada; ésos son cambios de maquillaje, no son verdaderos cambios. Nosotros no vamos a permitir eso.
¿Este cambio de doctrina se inculcará a los cadetes de la Academia de Policías?
A los cadetes se les enseñará la nueva doctrina policial con el argumento de que no habrá policías corruptos y que serán los principales defensores de los derechos humanos.
¿Cómo logrará ese objetivo?
Se tiene que dar un salto cualitativo: de una mentalidad represiva a una mentalidad de protección; eso se dice en pocas palabras pero hay una distancia enorme y eso tiene que ver con el comportamiento de cada policía. No se puede echar la culpa a todos los policías de la situación de la Policía y no se puede echar la culpa sólo a la Policía de la situación de un servidor que tiene el país, existe la crisis del sistema penal boliviano. Obviamente hay cosas que hay que reformar en la Policía, pero lo propio pasa en el Ministerio Público, en el Poder Judicial, en nuestro sistema penitenciario, en nuestras normas; entonces, éste es un tema de política pública y en las políticas públicas las instituciones se transforman con decisión y con toma decisiones.
¿Qué papel jugará la nueva Universidad Policial en el cambio de doctrina?
En ese tema hay una aplicación fundamental; tenemos que desmilitarizar a la Policía y despolicializar a las Fuerzas Armadas, eso no significa quebrar la estructura vertical de subordinación, de obediencia y prescindir de una institución que maneja la fuerza, que administra la fuerza, que administra la violencia, pero eso no significa que se militarice nuestra Policía; es más, nuestra Policía tiene que estar al alcance del pueblo y de la ciudadanía, es una de las tareas. Pero obviamente la Universidad Policial tendrá un rol fundamental en la lógica de la construcción de una cultura distinta de administración de esa violencia. Yo estoy convencido de que en muchas circunstancias es necesario usar la fuerza para garantizar los derechos humanos y ahí nosotros vamos a actuar con la mayor firmeza. El caso del estado de sitio en Pando es aplaudido por las organizaciones de los Derechos Humanos; ahí el Estado tuvo que utilizar la fuerza legal, la fuerza legítima para garantizar la vida, para garantizar los derechos humanos; es una tarea que hay que hacerla porque hay que administrar la violencia en el marco de los derechos humanos.
¿Cómo vio a la Policía Nacional en estos primeros cuatro años de gestión del presidente Evo Morales?
Yo creo que la Policía ha jugado un rol importante en estos últimos años porque nos ha permitido, por ejemplo, desarticular una de las más grandes amenazas a la integridad de la patria, al desbaratar esa organización terrorista que tenía como objetivo la división del país. Fue un trabajo de la Policía, hay que reconocerlo. Ésa fue la amenaza más grande que tuvo la unidad de la patria en los últimos ochenta años, porque era un grupo que pretendía generar una guerra civil y a través de ellos dividir Bolivia, y eso no va a tener ni olvido ni perdón.
http://www.comunidad.org.bo/novedad.php?cod_novedad=NO20100301085317

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