El juicio oral por el caso Octubre Negro quedó en suspenso ayer hasta el próximo 8 de diciembre, después de que el ministro de la Corte Suprema y miembro del Tribunal, Hugo Suárez, solicitara permiso para ser atendido en un centro médico por un problema de salud.
El ministro Hugo Suárez, junto al presidente del Tribunal, Ángel Irusta, son los únicos magistrados titulares en el juicio de responsabilidades por los sucesos violentos de 2003, los restantes miembros son conjueces especialmente convocados para este proceso. Ayer, continuaron las declaraciones de testigos de cargo propuestos por la Fiscalía y la acusación particular.
Lucila Cuellar Hinojosa, una vecina de la Ceja de El Alto, relató ante el Tribunal que cuando se dirigía a su trabajo, el 10 de octubre de 2003, advirtió un gran movimiento de uniformados y personas civiles, así como de tanques, camiones, aviones, y hasta un helicóptero de color blanco que volaba por el sector.
La versión fue acompañada por piezas documentales exhibidas por el Ministerio Público. Herida por un balín en la pierna, la testigo estuvo impedida ocho días por prescripción médica, según narró a los jueces.
Julio Javier Huanca, otro de los testigos de cargo, se conmovió al recordar los hechos en los que se vio involucrado y los riesgos que corrió su vida en 2003.
A raíz de la bala que le impactó cerca de su cuello, fue internado en el Hospital General de El Alto. A semejanza de la mayoría de los testigos, también Huanta fue herido cuando retornaba de su trabajo y el vecindario estaba cercado por uniformados y manifestantes. Como todos los alteños que estaban por el lugar, dijo haber sido reprimido de manera violenta por los militares. La defensa sigue insistiendo en que las declaraciones de los testigos adolecen de imprecisiones.
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