A pesar del bombardeo de los ultimos días de las noticias vinculadas a los tiras y aflojes en torno de la decisión de si el ex prefecto de Pando Leopoldo Fernández debe estar o no en contacto con los medios, en el marco de una supuesta violación a sus derechos, es preciso que no se pierda de vista el tema de fondo, es decir, el motivo de su detención y la lentitud de la justicia boliviana, cuestión por la cual, si ya hubiese sido juzgado, hoy no se estaría discutiendo si tiene o no derecho a establecer contacto con la prensa.
Es relevante determinar también cuáles y de quienes son los derechos humanos que se están avasallando, el del funcionario detenido o el de las víctimas y familiares sobrevivientes de la masacre de Pando que hace mas de un año esperan una definición judicial sobre los responsables de los asesinatos.
Leopoldo Fernandez
El ex funcionario pandino debe hacer frente a un proceso penal ordinario por los delitos de “homicidio, terrorismo, asociación delictuosa, lesiones gravísimas, graves y leves”. El comienzo de este proceso está sujeto a que se frene la oleada de recusaciones a una decena de jueces, lo que parece estrategia de retardación del proceso. Eso es una violación a los derechos humanos para las verdaderas víctimas por más que la justicia estipule que la recusación es viable, todo tiene un límite.
También se solicita a la autoridad pertinente que se defina esa situación de si tiene o no el derecho a vincularse con la prensa porque, por cierto, si se pretendía el efecto contrario, se está haciendo una gran promoción de este candidato a la videpresidencia con las numerosas apariciones en los medios masivos de su causa.
Caso Pando
El 11 de septiembre de 2008, en Pando, uno de los departamentos con mayor oposición al gobierno de Evo Morales, fueron asesinadas 13 personas, en su mayoría campesinos, y decenas de personas fueron heridas en lo que los organismos internacionales y nacionales denominaron como ¨la Masacre de Porvenir” o “ la Masacre de Pando”. .
El término masacre ha sido empleado por el relator especial de naciones unidas sobre ejecuciones extrajudiciales y lo emplea cuando en un mismo hecho se ha asesinado o privado de la vida a tres o mas personas.
Además, en el caso de Porvenir, la APDH como la comisión investigadora de Unasur calificaron los hechos de crímenes de lesa humanidad porque los asesinatos que se cometieron fueron en el marco de un ataque generalizado contra la poblacion civil.
Entre el 11 y el 12 de septiembre fueron asesinadas 13 personas: tres normalistas que acompañaban la movilización, seis campesinos, un pastor, un conscripto, dos integrantes de la prefectura. Por la diferencia de los muertos, no cuadra la teoría del enfrentamiento, a pesar de que algunos la siguen defendiendo.
Contexto previo a la masacre
En aquellos días, Bolivia era escenario de caos provocado por el ataque a instituciones del Estado asi como a organizaciones no gubernamentales que trabajan por la defensa de los derechos de los indígenas y campesinos.
Cómo se llega a esa situación?A fines de 2007, el Gobierno había quitado a las prefecturas el 30 por ciento del dinero que recibían por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) que se cobra a las empresas petroleras operantes en el país. Con esa suma, el presidente instruyó pagar la renta Dignidad, un bono de 30 dólares anuales para personas mayores de 60 años. Según los opositores de Morales, el recorte del IDH significaba “un ataque a la autonomía de nuestros departamentos”. Se tornó complejo el diálogo entre ambas partes. En respuesta, hubo toma de instituciones estatales, organizaciones sociales de campesinos e indígenas y ONGs. En Pando eran perseguidos los dirigentes campesinos y en varios casos fueron agredidos.
En este marco, los campesinos de Pando decidieron movilizarse hacia un congreso para hacer frente a esa situación. Nadie imagino lo que se iba a desatar. La principal preocupación se asentaba sobre el tema tierras ya que una de las instituciones tomadas por los grupos civicos prefecturales fue el Instituto Nacional de Reforma Agraria. Entonces los campesinos convocan un ampliado. Para ese entonces además del INRA ya habían tomado el aeropuerto, la aduana, impuestos nacionales.
Un mes antes de la masacre, Pando había terminado su proceso de saneamiento, más específicamente, la etapa de geo referenciación del territorio, que indica qué parte le correspondía a cada quien.
Según datos de este organismo, antes de 1996, el 94,7 por ciento de las más de 6 millones de hectáreas del departamento estaban concentradas en pequeñas, medianas y grandes empresas, además de concesiones forestables, maderables y no maderables. Tan solo el 0,5 por ciento había sido tramitada por comunidades campesinas, pueblos y comunidades indígenas. Mientras que el restante 4,8 por ciento eran tierras fiscales. Con este proceso se regularizó el derecho de propiedad. El 42 por ciento de la superficie departamental se encuentra a favor de comunidades campesinas e indígenas. Esto muestra la perdida de poder de determinados sectores, lo que para muchos motivó lo que pasó el 11.
Después del 11
Despúes de aquel día, el gobierno decretó el estado de sitio durante 72 días y se detuvo al ex prefecto. Muchos autonomistas se fueron al lado brasilero y actualmente cuentan con status de “refugiados”. En la causa, los implicados son mas de 20. Además del prefecto, sólo tres están detenidos.
Responsabilidades
Hay diversos tipos de responsabilidades despues de acontecimientos como éste: por acción u omisión pero también por dilación o denegacion de la justicia, es decir, cuando no se agotan las líneas de investigación para llegar a la verdad de los acontecimientos.
Ente los interrogantes que surgen después de hechos como este cabe uno mas: qué pasaría si leopoldo hablara? Si los hechos son tan claros y contundentes como se dice, qué tan grave sería que esta persona hable con los medios?
Solo debe esperarse que la Justicia se expida. Pero qué hay que hacer para que la justicia se expida? . La justicia que no es pronta no es justicia.
Ojalá algún día se sepa toda la verdad y pueda ser utilizada para un buen fin, le pese a quien le pese.