Ariel Rivera renunció a la presidencia de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) y acusó a los líderes del Comité pro Santa Cruz de haberlos abandonado luego de que los utilizaron como una “simple empresa de seguridad” durante las movilizaciones de septiembre de 2008.
El ex dirigente de la Unión Juvenil y actual candidato a diputado por Pulso, Alfredo Saucedo, reconoció que la institución está en una “crisis que no puede ser negada”; mientras que la analista Helena Argirakis dijo que la oposición al proceso de cambio que se enfrentó con tal radicalidad se va rompiendo desde el eslabón más débil.
Rivera, al anunciar su retiro de la Unión, reveló: “Lamentablemente, no hemos tenido el respaldo absoluto de nuestra gente, no se olviden que la Unión está conformada por personas de bajos recursos. Yo quise pedir una audiencia al Comité Cívico, pero ni ellos mismos se juntan”.
“Nosotros no nos sentimos con la garantía para seguir trabajando como unionistas, como cruceños y más que todo como jóvenes, porque nos sentimos muy abandonados y así no podemos seguir contra viento y marea”.
Rivera acusó de forma directa a la dirigencia del Comité cruceño de ver a los jóvenes de la Unión “como una empresa de seguridad” y de creer que los tienen a su merced por el único hecho de haber dado algún tipo de aporte.
“Como coordinamos con el Comité Cívico, ellos han pensado que iban a tratarnos de subordinar a su manera”, dijo y agregó que luego de las movilizaciones de septiembre de 2008 los sectores cívicos los dejaron a su suerte y sin ningún tipo de apoyo.
“Mi persona y muchos otros estamos con juicios pendientes, y nosotros nos vamos a hacer cargo de eso y quienes están en la cárcel no tienen apoyo de nadie”, comentó.
La analista Argirakis dijo que esto representa una “fractura en el bloque cívico regional” y “que tiene sus días contados”. Sin embargo, consideró una inconducta la decisión del Gobierno y del MAS de aceptar a ex unionistas cuando éstos golpearon a varios masistas y cruceños.
“No creo que esto sea un aporte, esta alianza, porque esta gente fue la que generó violencia en el país”.
El diputado disidente de UN, Alejandro Colanzi, pidió en ABI a los ex miembros de la UJC que pidan perdón a sus víctimas y al presidente Evo Morales que reconsidere ese acuerdo.
“Esta alianza con los ex unionistas es repulsiva desde la perspectiva democrática. Los demócratas no podemos jactarnos de que un mercenario que ha sido siempre pagado, que ha golpeado a las mujeres, humillado a hombres, quemado casas, ‘guasqueado’ a campesinos, venga a nuestras filas. Si lo hacen por convicción muy bien, pero primero van a tener que pedir perdón al pueblo de Santa Cruz”, consideró el parlamentario.
http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2009-10-28&idn=9885