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Foto ODPIB |
12/04/2013 (ODPIB).- A tan sólo un año de las elecciones presidenciales en el Estado
Plurinacional de Bolivia, el actual mandatario Evo Morales Ayma –quien atraviesa
su segunda gestión consecutiva[1]-
se apunta como fehaciente candidato al sillón presidencial. Mientras tanto, las
manifestaciones del movimiento indígena develan las contradicciones de su
gobierno posicionado, a nivel nacional e internacional, con un discurso
caracterizado por la promoción y defensa de la madre tierra, los recursos
naturales y los pueblos indígenas.
En este contexto, Hernán Ávila Montaño, quien
tiene una trayectoria de más de diez años como asesor de las reivindicaciones y
demandas de las organizaciones indígenas y campesinas de tierras bajas de
Bolivia, hace un análisis de la situación
política del país y del movimiento indígena.
Ávila,
es actualmente director ejecutivo del Centro de Estudios Jurídico e Investigación
Social (CEJIS), institución que lleva 35 años trabajando en el campo de los
Derechos Humanos desde una perspectiva jurídico y social.
C.A.*
- ¿Cómo analizas la situación política del Estado Plurinacional de Bolivia, un
año antes de las elecciones presidenciales 2014?
H.A.- Se debe entender que Bolivia está viviendo un momento diferente
al del 2005, donde el presidente Evo Morales contaba con toda la fuerza del
movimiento indígena originario campesino y sectores populares de las ciudades.
El 2014 será un momento político muy distinto, por un lado, el
conflicto por la carretera atravesando el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS) ha develado el rostro que oculta Morales detrás de la
máscara indígena que utiliza en los eventos internacionales. Por otro lado, el escándalo
de las redes de chantaje y extorsión en el aparato judicial[2]
que involucra a cercanos funcionarios del presidente y que no logró opacar a
pesar de la cortina de humo que lanzó con el show mediático de los “Soldaditos”[3] detenidos en Chile.
De alguna manera estos dos grandes problemas, entre otros, han
repercutido en las últimas elecciones para gobernador en el Departamento del
Beni. La derrota del Movimiento al Socialismo (MAS) alerta al Gobierno de lo
que puede ocurrir en las próximas elecciones de 2014, por ello las campañas
electorales ya se han iniciado y la apuesta a partir de las ultimas señales es
el de conquistar los sectores urbanos y pactar con los sectores económicamente
fuertes.
Es curioso mencionar que después de la VIII Marcha indígena por el
TIPNIS[4],
el Gobierno -en enero de 2012- asume un acuerdo con el sector agroindustrial y
ganadero para la no verificación de la Función Económica Social (FES) en
absoluto desmedro del sector indígena y campesino, cuyas expectativas de acceso
a nuevas tierras productivas se esperanzan en la verificación de la FES como lo
establece la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria. Como parte
de esta nueva alianza del Gobierno con el sector agroindustrial, ganadero y
maderero de tierras bajas se encuentra la Ley Nº 337 del perdonazo agricola[5]
que termina blanqueando todos los desmontes ilegales ampliando
irresponsablemente la frontera agrícola en Bolivia.
Queda claro que el actual Gobierno, desde el 2009 ha reemplazo su
base social indígena originaria por los sectores agroindustriales madereros,
ganaderos y cooperativistas mineros. Constituyéndose estos al lado de los
cocaleros y cúpulas campesinas -como diría René Zabaleta Mercado- en el nuevo
Bloque Social Dominante.
En este sentido, el contexto en el que se desarrollarán las
próximas elecciones arrastrará dos conflictos que el gobierno nacional no podrá
evadir; El caso de la construcción de la carretera por medio del Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y los casos de corrupción y
extorsión que se han destapado en el ámbito judicial. Estos han sido dos
fenómenos, que le han restado mucha fuerza política y le han bajado varios
puntos en las encuestas de popularidad al gobierno nacional.
Por otra parte, los resultados electorales en las últimas
elecciones departamentales en el Beni[6]
han tenido múltiples efectos. Uno de ellos fue la Sentencia del Tribunal
Constitucional, respecto a la inconstitucionalidad de dos artículos de la Ley
Marco de Autonomías y Descentralización que permitían suspender a una
autoridad electa a sola acusación formal de un fiscal.[7]
Está claro que la estrategia del gobierno nacional de deshacerse de sus enemigos
políticos a través del uso del Órgano Judicial que apelaban a estos artículos -hoy
inconstitucionales- al contrario de debilitar a la oposición la ha fortalecido, como se
puede verificar con la derrota electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) en el
Beni y en algunos municipios de Bolivia en los que se ha revocado a sus
autoridades.
C.A. - ¿En este contexto,
qué crees que sucederá con el conflicto del TIPNIS?
H.A.- La línea que ha mantenido el Gobierno, hasta ahora, sobre la construcción de la carretera “quieran o no
quieran”[8]
por medio del TIPNIS será por el momento postergada, porque saben que atizar este
conflicto les resta para las próximas elecciones presidenciales del 2014.
Se han visibilizado varios signos de debilidad, a raíz del
cuestionamiento de la población sobre la realización de la consulta sin los
mínimos estándares establecidos en la normativa nacional e internacional. Este
cuestionamiento ha sido corroborado con la información brindada por la Comisión
Interinstitucional que ha visitado el TIPNIS[9].
Esta Comisión ingresó a las comunidades del TIPNIS, después de la supuesta
consulta del Gobierno y constató un conjunto de irregularidades, omisiones,
presión y hasta chantaje ejercido, por parte de las brigadas, a las comunidades
y sus dirigentes, con el fin de doblegar su voluntad y lograr de ellos una
respuesta favorable a la construcción de la carretera por su territorio.
El conflicto del TIPNIS ha debelado en el fondo el modelo de
gestión de la tierra y los recursos que el gobierno implementa. Los pueblos
indígenas, sus territorios y toda la legislación conquistada en los más de 30
años de lucha que llevan, se constituyen en un estorbo o traba para la implementación
de las políticas y proyectos de desarrollo desde el enfoque del Gobierno.
C.A. -¿Cómo analizas la
situación del movimiento indígena de tierras bajas de Bolivia?
H.A.- Si comparamos el
movimiento indígena con organizaciones obreras y sindicales, se percibirá a éste
como débil y fragmentado. Pero esto no es así porque una de las características
propias del movimiento indígena de tierras bajas es que siempre ha sido la suma
de partes confederadas que han actuado a partir de alianzas coyunturales y no
un bloque unitario.
Por ejemplo, en la II Marcha Indígena de 1996 se encontraban
aparentemente fragmentados y sin embargo sacaron adelante la movilización
logrando la aprobación de la Ley INRA[10].
De la misma manera, antes de la VIII Marcha Indígena, por un lado se encontraba
un bloque favorable a la dirigencia de CIDOB[11],
uno muy crítico y otro que no lo reconocían, no obstante, se plantearon la movilización
en defensa del TIPNIS y todos confluyeron en ella.
En la IX Marcha del 2012[12],
la situación fue distinta porque hubo una acción directa del Gobierno de
desmantelar y dividir la estructura del movimiento indígena, lo hicieron
mediante “convenios programáticos”[13]
celebrados con algunas organizaciones para que abandonaran la movilización. A pesar
de esto, la IX Marcha Indígena cumplió su objetivo de llegar a la ciudad de La
Paz, sin duda, éste fue el gran logro de las y los indígenas.
Los resultados inmediatos traducidos en acuerdos –que luego no se
cumplen-no son un indicador de éxito de una movilización indígena, porque los
resultados del movimiento indígena son a largo plazo, es decir, no pasa por la
modificación inmediata de una norma o conseguir alguna cosa concreta, sino, que
los efectos de una movilización indígena van dirigidas a cambiar o modificar el
universo simbólico de la sociedad, su cultura política, afectar a las creencias
sociales o al pensamiento de la sociedad.
En este sentido, la VIII y IX Marcha han incorporado en el
imaginario del sector urbano, el tema de la defensa de la Nueva Constitución
Política del Estado[14],
del medio ambiente, los derechos de los pueblos indígenas y los territorios
indígenas, estos son su efectos. Por eso, cuando señalan que el movimiento
indígena está dividido, es porque han creado una estructura artificial, que
funciona al impulso y la energía que le da el Gobierno a un grupo de dirigentes
que obedecen plena y absolutamente a las acciones del presidente Morales y sus
ministros, es por eso, que ahora la organización paralela de la CIDOB[15]
ha viajado a los Estados Unidos acompañando al ministro Carlos Romero en la
sesión con la CIDH.[16]
Por su parte, Adolfo Chávez -presidente de la CIDOB- todavía tiene
el respeto de la mayoría de las organizaciones regionales, porque ha sido
elegido dentro las instancias orgánicas y de las estructuras propias del
movimiento indígena, no obstante, también tiene críticas debido al acercamiento
que tiene con el Gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas y los grupos de poder
en tierras bajas. Al mismo tiempo, ha llevado a que sectores indígenas que
siempre han sido críticos a los gobiernos neoliberales, ahora también sean
críticos del mismo Chávez.
En el caso de los pueblos guaraníes, mojeños y chiquitanos, los
más numerosos y quizá los más fuertes en tierras bajas, debido a sus
expresiones organizativas ni el gobierno ni la denominada derecha de tierras
bajas han logrado controlarlos. Por tanto, es un error del Gobierno pensar que
controlando o dividiendo la estructura nacional del movimiento indígena logrará
controlarlos.
Cada uno de estos pueblos maneja su propia agenda y sus propias
lógicas lo que evidentemente representa una debilidad en algunos contextos,
también representa una fortaleza en otros lo que obedece a su legado histórico,
no son un pueblo homogéneo, son diferentes pueblos y lógicas.
C.A. -¿Cómo crees que ha
afectado el Conflicto del TIPNIS en las elecciones departamentales en el Beni?
H.A.- Para los pueblos indígenas el conflicto del TIPNIS representa la
defensa de su propio estilo de vida y de su permanencia como pueblo. Sin
embargo, para sectores políticos como la derecha tradicional del Beni, que
representa la agrupación ciudadana Primero
el Beni de Carmelo Lenz y Ernesto Suarez, es una oportunidad electoral, un
nicho discursivo para corroer a la derecha reciclada que representa el MAS en este
Departamento.
Además, observo con preocupación que hay muchas similitudes entre
la propuesta de Lenz con los planteamientos del partido de gobierno (MAS),
ambos están en la lógica de explotación de los recursos, del extractivismo y lo
único que les divide en este momento son los espacios de poder regional en
disputa.
Por lo tanto, me parece un peligro más en contra del movimiento
indígena. En este momento el partido de gobierno se está confrontado con la
derecha de Lenz lo que abre posibilidades para la acción política del movimiento
indígena, podrían ganar fuerza con el apoyo de la Gobernación del Beni para su
propio beneficio en cuanto a la defensa de sus derechos colectivos. Sin
embargo, no sé cuán sostenible será la alianzas con ellos, pues estos son lo
más conservador del Beni y no sé si están dispuestos a conceder al movimiento
indígena alguna reivindicación.
Por ejemplo, en la adecuación del Estatuto Departamental de Beni
el movimiento indígena tiene una propuesta y no se si será posible incluirla,
si se pudiera fuera una victoria. Le darían espacio, pero a cambio de tener la
base social indígena y la simbología del TIPNIS para explotarla electoralmente
en sus próximas elecciones. En este contexto veo más factible un pacto o una
alianza entre la derecha reciclada en el MAS del Beni y la agrupación de Lenz.
C.A. -¿Crees que en este
contexto es posible una especie de reconciliación entre el movimiento indígena de
tierras bajas y el Gobierno?
H.A.- Puede ser que los pueblos indígenas de tierras bajas planteen la
unificación, no se si este año o el próximo. No lo sé, como es un año
electoral, es posible que se abran más espacios para los pueblos indígenas, no
solo por parte del Gobierno sino también de la oposición. Aquellos espacios que
han estado cerrados para el movimiento indígena puede que coyunturalmente se
abran para tener mejores alianzas en miras de las próximas elecciones.
*Carola Aranibar
Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas
(ODPIB)
[1] En las elecciones presidenciales de 18 de
diciembre de 2005, Evo Morales, obtuvo casi el 54% de los votos, iniciando su
primer gestión el 22 de enero de 2006. Posteriormente, el 6 de diciembre del
2009 logró la reelección, iniciando su segunda gestión el 22 de enero del 2010.
[2] En noviembre de
2012 una red de extorsión, que operaba en el Ministerio de Gobierno, cae tras
el seguimiento hecho por el Grupo de Investigación de Casos Especiales (GICE) por
el caso del ciudadano estadounidense Jacob Ostreicher, empresario que fuera
encarcelado en Bolivia por vínculos con el narcotráfico y ganancias ilícitas, a
quien supuestamente esta red pidió 50.000 dólares a cambio de su libertad. Hasta
el momento alrededor de diez personas han sido encarceladas. Leer más
[3] Esto hace
referencia al escandalo desatado entre Chile y Bolivia por la detención de tres
soldados bolivianos al haber cruzado a territorio chileno portando armas de
fuego. Los soldados adujeron que se encontraban en el ejercicio de la lucha
contra el contrabando en la frontera de ambos países, luego de 32 días fueron
liberados por el Gobierno chileno con la condicionante de abandonar en un lapso
de 24 horas el país y no ingresar al mismo durante un año. Leer más
[4] La VIII Marcha
Indígena partió desde Trinidad- Beni el 15 de agosto de 2012 hacia la ciudad de
La Paz, caminaron durante 62 días demandando la no construcción de la carretera
Villa Tunari -San Ignacio de Mojos, atravesando el TIPNIS.
[5] La Ley 337 de Apoyo a la Producción de
Alimentos y Restitución de Bosques, fue promulgada el 11 de enero de 2013, legitima la
destrucción de los bosques y la ampliación de la frontera agrícola para el
agronegocio. Oficialmente, esta Ley permite el saneamiento de predios con
desmontes que se hayan realizado sin autorización entre el 12 de julio de 1996
y el 31 de diciembre de 2011 e insta a los propietarios a acogerse al “Programa
de Producción de Alimentos y Restitución de Bosques”. Leer más
[6] El 20 de enero del 2013, Carmelo Lens
ganó las elecciones de Gobernador en el Departamento de Beni al obtener el 52,6
por ciento de los votos.
[9] La Comisión Interinstitucional, conformada
por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), la
Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Pastoral Social
Cáritas Boliviana (PASOC), presentó a la sociedad civil el informe con los
resultados de la visita realizada al Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS) del 29 de noviembre al 14 de diciembre de 2012. Leer
más
[11] Confederación de Pueblos Indígenas del
Oriente, Chaco y Amazonía de Bolivia.
[12] La IX Marcha Indígena
partió el 27 de abril de 2012 de la ciudad de Trinidad- Beni hacia la ciudad de
La Paz -luego de que el Gobierno aprobara la Ley de Consulta Nº 222- demandando
el respeto de la Ley Nº 180 de protección del TIPNIS.
[14] La Nueva Constitución Política del
Estado entró en vigencia el 7 de febrero de 2009, tras ser
aprobada en un referéndum con un 90,24% de participación.
[16] Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. CIDH.
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